Módulos de Salud – Melvin

Melvin (12 años) vive con su mamá Flor (36 años), ama de casa, y su papá Horacio (47 años), agricultor. La familia vive en la Comunidad Agraria San Roque, Aldea Caballo Blanco, Retalhuleu.

Melvin actualmente está en 5to. Primaria, sus colores favoritos son el rojo y el blanco. Disfruta mucho jugar con carritos, jugar futbol y los libros para colorear. Melvin y su familia también tienen una mascota, un perro, llamado Miquisi.

La causa del diagnóstico de Melvin no fue determinada, actualmente recibe diálisis peritoneal en casa, donde dispone de una sala de diálisis peritoneal con el equipo necesario para realizar este proceso con las mejores condiciones posibles.

La familia de Melvin ahorrará tiempo y recursos, pues no deberán desplazarse a la Ciudad de Guatemala para recibir su tratamiento.

Marta Seb – Fundainer

La familia de Marta Seb está formada por 8 personas; sus padres, Ricardo Seb (41) y Marta Choc (38) y sus 5 hermanos; Gerardo (23), Rebeca (21), Héctor (19), Byron (16) y su hermana gemela, Débora (13). Ricardo es agricultor y Marta ama de casa. La familia vive en la comunidad Cruz del Pato en Chisec, Alta Verapaz.

Los padres de Marta comparten que a ella le gusta estudiar, pintar y jugar. Hace dos años, le diagnosticaron una enfermedad renal y comenzó su tratamiento médico con Fundanier en la Ciudad de Guatemala en noviembre de 2019. La familia viaja alrededor de 9 horas en transporte público para sus tratamientos médicos.

Debido a una infección, Marta ha pasado los últimos meses en el hospital. Ahora está de vuelta en casa, donde dispone de una sala de diálisis peritoneal con el equipo necesario para hacer la diálisis en casa. Con la construcción de la sala, la familia ahorrará tiempo y recursos, pues ya no tendrá que desplazarse a Ciudad de Guatemala para su tratamiento.

«Estamos muy agradecidos a todos. Ahora podemos ofrecer a Marta un espacio con menos riesgo de infección. Estar en casa también la motiva y ayuda a su salud. Sin vuestro apoyo, no habríamos podido hacerlo solos», dice Ricardo.

 

Heydi López y su familia

Heydi López y su familia residen en la aldea de Swich Quebrada, Morales, Izabal, donde recientemente se embarcaron en un viaje que les cambió la vida con la ayuda de Hábitat para la Humanidad Guatemala. La familia había estado luchando durante mucho tiempo para llegar a fin de mes y proporcionar un ingreso estable para su hogar. Sin embargo, sus vidas dieron un giro positivo cuando recibieron el proyecto de los Gallineros.

Hábitat para la Humanidad reconoció el potencial de la comunidad y de la familia de Heydi para ser autosuficientes a través de la avicultura. Colaboraron para diseñar y construir gallineros adecuados. El proyecto no sólo pretendía mejorar sus ingresos, sino también proporcionar una fuente sostenible de alimentos para la familia.La vida de la familia López se ha transformado notablemente. Ahora tienen una fuente estable de ingresos gracias a la venta de huevos y carne, lo que les ha ayudado a ser económicamente independientes. Los ingresos adicionales les han permitido mejorar sus condiciones de vida.

Además, los gallineros le proporcionan a Heydi y a su esposo empoderamiento y determinación. Se sienten muy orgullosos de su trabajo como avicultores y han adquirido valiosas habilidades y conocimientos en el proceso. El proyecto les ha inculcado un fuerte sentido de la autosuficiencia y la determinación de crear un futuro mejor para su familia.

Gracias al apoyo del Fondo SK2 y al compromiso de la familia López, sus vidas han experimentado una notable transformación. De luchar por llegar a fin de mes, han pasado a ser autosuficientes, resilientes y optimistas de cara al futuro. El proyecto de los gallineros no sólo les ha proporcionado unos ingresos sostenibles, sino que también les ha capacitado para construir una vida más fuerte y próspera para ellos y sus hijos.

 

 

Yanida Acevedo – Granjas familiares Izabal

La familia Maldonado, residente de la aldea de Swich Quebrada, Morales, Izabal, fue seleccionada para un proyecto de construcción y entrega de gallineros familiares en la comunidad.

Hasta ese momento, una de las dificultades más grandes de la familia era el poder contar con recursos económicos estables. Esta dificultad, traía como consecuencia la incapacidad por parte de la familia de poder adquirir alimentos nutritivos.

A través del gallinero familiar, las vidas de Yanida y su familia tuvieron un cambio positivo. Este proyecto les permitió tener una fuente sostenible de huevos y carne de pollo para autoconsumo y la venta, transformando su nutrición y reforzando la capacidad de la familia para generar más ingresos económicos.

Creando un cambio sostenible, podemos convertirnos en agentes de transformación, elevando a las comunidades y fomentando la resiliencia. Extendemos nuestra más profunda gratitud al Fondo SK2, que ha hecho realidad este proyecto para la familia Maldonado e innumerables personas como ellos. Su compasión y apoyo han sembrado semillas de esperanza y empoderamiento en sus corazones.

Juntos podemos seguir alimentando un futuro en el que todas las familias puedan prosperar y prosperar.

«En nombre de la comunidad, os damos las gracias a todos por brindarnos este proyecto. Que Dios nos bendiga». – Yanida Acevedo.

Barbara Salvatierra – Tanque de agua Usumatlán

Bárbara Massiel Salvatierra es una madre de 4 hijos que ha sido beneficiaria con una vivienda en la Colonia Skipper Hábitat en Usumatlán, Zacapa. La vida de Bárbara ha estado marcada por la resiliencia y la determinación de crear un cambio positivo en su comunidad. Ella vio y experimentó de primera mano los desafíos que surgen de la falta servicios de necesidad básica como el agua potable. Estas circunstancias la motivaron a buscar una vida mejor para ella, su familia y los vecinos de la comunidad.

El viaje de Barbara dio un giro significativo cuando se convirtió en beneficiaria de una vivienda de Hábitat para la Humanidad. La oportunidad le proporcionó un lugar seguro y asequible donde vivir, garantizando estabilidad y seguridad a su familia. La casa de Hábitat no sólo mejoró sus condiciones de vida, sino que también infundió en Barbara un sentimiento de empoderamiento y esperanza.

Reconociendo la importancia del acceso al agua limpia y potable, Barbara participó activamente en un nuevo proyecto iniciado por Hábitat para la Humanidad. Asumió la responsabilidad de representar los intereses de su comunidad y actuó como enlace entre Hábitat y los residentes.

La finalización del proyecto del depósito de agua produjo cambios transformadores en la comunidad de Barbara. El acceso al agua, antes limitado y poco fiable, fue sustituido por un suministro constante de agua potable, lo que mejoró el saneamiento, la higiene y el bienestar general de todos los residentes.

La historia de Barbara sirve de inspiración para otros, ya que muestra el poder transformador de la colaboración, la defensa y la búsqueda de una mejor calidad de vida para todos.

Dalila Coronaro Romero – Cisco

Dalila es una madre soltera de 46 años que vive junto a su hija Gracieli de 16 en Guastatoya, El Progreso. Durante años, Dalila había buscado apoyo en instituciones financieras para obtener un préstamo hipotecario, sin embargo, siempre se le fue denegado.

Hace un tiempo, Dalila obtuvo como herencia de su papá un terreno, el cual le sirvió a Dalila para poder acercarse y buscar apoyo de Hábitat para la Humanidad Guatemala para así poder cumplir su sueño de tener un nuevo hogar.

“El personal de Hábitat aquí en Guastatoya fue muy servicial. En los últimos 25 años, me he mudado muchas veces. Tenía muchas ganas de por fin tener mi propia casa en la que podemos vivir con dignidad” – Dalila.

Dalila y su hija tienen ahora un lugar seguro al que llamar hogar y también planean mejorar la terraza de su casa en el futuro. Dalila quiso agradecer a los voluntarios su apoyo en la construcción de su nuevo hogar: «Ha sido un placer trabajar con los voluntarios. Les invito a que vengan a visitarme pronto. Les bendigo a todos y cada uno de ustedes. Gracias».

¡Conoce a nuestros Albañiles! – Manuel Felipe

Manuel Felipe (Don Manuel) tiene 60 años, y con su esposa criaron 8 hijos. Hace 7 años, uno de sus hijos lo invitó ha participar en la construcción de estufas ahorradoras de leña de Hábitat Para la Humanidad Guatemala. Desde entonces, Don Manuel ha estado trabajando con nosotros no solo en la construcción de estufas, sino en otros proyectos hábitat como letrinas sanitarias y casas en distintos puntos del país, en conjunto con familias y grupos de voluntarios.

Don Manuel siempre tuvo el sueño de construir su casa propia y una vez lo logró, se dio cuenta de que le encantaba construir y que esto le permitía ayudar a otras personas que necesitaban apoyo en su búsqueda por tener una vivienda y servicios dignos.

Don Manuel menciona que lo que más le gusta de trabajar con Hábitat es “la idea de construir sueños para generaciones futuras”. A su vez, le encanta poder trabajar con las brigadas de voluntariado nacional internacional, debido a las experiencias y aprendizaje que adquieren conjuntamente.

A su vez, Don Manuel señala estar muy agradecido con la oportunidad que Hábitat le dio de formar parte de su equipo de albañiles – “Me encanta construir y estoy enamorado de mi trabajo”.

 

Familia Chávez -Proyecto de estufas Uk’u’xJa-

Doña Martha vive con su esposo y sus cuatro hijos en la comunidad de Pasojoc I, Zacualpa, en el departamento de El Quiché. Martha se dedica al cuidado del hogar mientras su esposo trabaja en el campo.

Antes de asociarse con Hábitat Guatemala para recibir una estufa mejorada, Martha solía cocinar sobre una llama abierta en el suelo, lo que aquí en Guatemala se conoce como un “poyo”. La vieja estufa de la familia se encontraba en malas condiciones y consumía grandes cantidades de leña.

Cocinar así le provocaba a Martha y a su familia diferentes enfermedades respiratorias e irritabilidad en los ojos por el humo que se quedaba dentro de la vivienda.

A través del proyecto de estufas Uk’u’xJa, Martha y su familia fueron 1 de las más de 3200 familias que se han apoyado en su búsqueda por acceder a una estufa adecuada, segura e higiénica. Con esta estufa, las familias pueden reducir hasta en un 83% los casos de enfermedades respiratorias detectados. Además de permitir un ingreso de hasta $25 al mes al disminuir en un 43.6% el consumo de leña por estufa y con ello también se ayuda a salvar hasta 6.5 árboles al año.

Martha dice sentirse muy feliz con su nueva estufa – “ahora cuando preparo mis tortillas no tengo que estar de rodillas, simplemente puedo estar de pie junto a la estufa, sin que me duela la espalda o las piernas”.