Cocinando esperanza

Dorotea Pérez Jolón, El Rejón,
Sumpango Sacatepéquez.

Durante mucho tiempo personas de otras organizaciones se acercaban a la comunidad para donar estufas, aunque muchas veces nos inscribimos para aplicar a una, pero no salimos beneficiados y hasta recibíamos el dinero de vuelta.


Nunca perdí la esperanza, anhelaba tanto cambiar mi situación hasta que escuche que Hábitat iba a llevar a cabo el proyecto de estufas en la comunidad y gracias a Dios fui de las familias favorecidas.


Mi casa se llenaba de humo, actualmente tengo 53 años y desde los 8 años empecé a cocinar. Recuerdo una vez me llevaron de emergencia al doctor, por una complicación en el pulmón debido al humo que durante mi vida había inhalado, porque se encerraba dentro de la casa al cocinar. Mi esposo es agricultor y yo me dedico al hogar y a mis 14 hijos, así que la cocina es un lugar de
  reunión para toda la familia,  laborar los alimentos es una tarea que disfruto todos los días.


Estamos felices porque podemos compartir juntos y no enfermarnos por inhalar humo, además nos ayuda a reducir los gastos, en el consumo de leña.

“Gracias a que cocino con la estufa mejorada, uso menos leños para cocinar, no inhalo humo y no me quemo más”. – Dorotea Pérez Jolón 

 

Proyecto Estufas Mejoradas: https://www.youtube.com/watch?v=Pi5aY-POuB4

Comunidades saludables – Juana Aquino

LA TEJEDORA INCANSABLE DE SANTO DOMINGO XENACOJ

Hace un mes viajamos a Santo Domingo Xenacoj, para realizar visitas a algunas familias que han recibido apoyo de parte de la fundación, donde tuvimos la fortuna de conocer a la señora Juana Aquino, quien trabaja como tejedora, elaborando su producto por encargo.


La historia de Juana es una de las que nos llenan y motivan para trabajar más fuerte por esas familias que se encuentran vulnerables ante la problemática de la vivienda y con carencias de servicios básicos.


Ser una mujer viuda y madre de 8 hijos no ha sido fácil, pues antes de serlo fue maltratada por el que era su cónyuge, además de vivir en condiciones extremas de pobreza; pero nunca se ha dado por vencida y gracias al apoyo de colaboradores del Comité Local del lugar, quienes le contaron acerca de nuestra labor y el programa de Salud a mi Casa al que podía optar.

 


Salud a mi casa, es nuestro programa de atención a la extrema pobreza, el cual se compone de productos necesarios para satisfacer necesidades básicas de una familia. El Programa que cuenta con un Filtro Purificador, Estufa Mejorada y una Letrina, este proyecto 
no solo lleva salud a la familia, también un cambio de mentalidad y de vida a través de capacitaciones sobre mantenimiento del mismo, financiera y autoestima.


El presidente del comité local fue quien le informo a Juana acerca del programa que se iba a ejecutar en la comunidad. Ella no dudo en pedir ayuda debido a que las condiciones en las que se encontraba su casaeran difíciles, desde las enfermedades respiratorias e
intestinales provocadas por el piso de tierra, hasta el agua empozada que se entraba debido a las fuertes lluvias.

 

Los pequeños cambios que se realizaron en la vivienda, impactaron su vida y la de su familia, estas mejoras fueron un piso de cemento, una tasa de sanitario y un filtro purificador.

Agradezco a la fundación así también al Comité Local que me han apoyado, me animaron a tomar la decisión de soñar con mejorar mi vida y darles a mis hijos mejores oportunidades para crecer sanos”.– Juana Aquino


Sé parte y cambia la vida de más familias, escribe a:
involucrate@habitatguate.org

Primera Casa en la Democracia, Escuintla

 

“Hábitat tiene variedad de modelos de casas, a precios accesibles que se adecuan a su presupuesto”. Elva Ramos

 

 

 

Hacía mucho tiempo que tenía la ilusión de construir mi casa, así que me acerque a las oficinas de Hábitat, en la visita me hablaron de cómo acceder a una vivienda, me brindaron información y asesoraron para llevar a cabo la construcción de mi casa.

Recuerdo que a pesar de lo retirado que se ubica el terreno salía a encontrarlos y los guiaba para que llegaran con el material, ha sido tan rápido, se llevó aproximadamente dos meses de construcción. Estoy tan satisfecha, antes vivía en una covacha donde se entraba el polvo y el agua, deseaba algo más bonito y seguro; me atreví y hoy ya tengo más de 8 meses de vivir en mi nueva casa e incluso mi salud ha mejorado a causa que ya no entra el polvo.

Cuando la casa iba a la mitad me emocionaba, no lo creía. Mi nuevo hogar es la primer casa Hábitat en el Parcelamiento El Pilar de la Democracia, Escuintla. He visto el apoyo de parte de la fundación desde reunir los documentos hasta que finalizó la construcción, hoy solo puedo decir que me siento feliz, animo a que se atrevan y como yo hagan su sueño realidad; las cuotas son bajas y accesibles, si yo lo logré otros pueden hacerlo también.

Si deseas construir, ingresa a: https://www.facebook.com/habitatguate/app/333506417012947/

 

Agua segura, agua para todos

El agua es un líquido vital al que en la ciudad la mayoría de personas tenemos acceso, pero hablemos de aquellos que salen a buscarla, quienes en lugar de un grifo tiene un cántaro que no gira con la mano, sino se encuentra a kilómetros de distancia, aquellos para quienes la recolección de agua se convirtió en una profesión.

Madrugan igual o aún más que los que vivimos en ciudades, y así como nosotros luchamos contra el tránsito vehícular ellos luchan por ser los primeros en llegar a los riachuelos para llevar a casa la porción más limpia de agua.

Este es el caso de decenas de familias que viven entre las montañas de nuestro país, comunidades en las que Hábitat ha apoyado con programas de desarrollo comunitario a través de grupos organizados; con soluciones que van desde huertos familiares y comunitarios de autoconsumo capaces de producir alimento para todas la familias hasta proyectos de cosechadores de agua de lluvia que ha permitido que más de 70 familias, dejen la profesión de recolectar agua y utilicen este tiempo en cuidar y educar a sus hijos.

Familias Beneficiadas con el Proyecto “Cosechadores de Agua de Lluvia”.

Doña Isabel Menchú, vive en Macalajau, Uspantán, El Quiché; tenia más de 10 años que junto a sus hijos se levantaba muy temprano para acarrear agua en cantaros, caminaba kilómetros hacia una laguna, aunque llevaban varios recipientes no era suficiente, así que realizaban durante el día 2 viajes en la mañana y 3 en la tarde después que los niños regresaban de la escuela.

 

EL agua que recolectaban de la laguna es la que usaban para cocinar y beber, debido a la contaminación del agua sufrian de enfermedades intestinales, hasta que nuestros colaboradores visitaron la comunidad y observaron que la necesidad más grande era la escases del agua, Doña Isabela cuenta como ella y su familia se han favorecido del Proyecto desde la instalación; ya no tiene que caminar tan lejos por unos cantaros de agua, tiene agua segura, limpia para beber, para bañarse y para realizar todas la tareas del hogar, además que tiene tiempo para dedicarse al cultivo de su huerto y a la crianza de sus animalitos.

Don Alberto Pu Chipel, también originario de la aldea Macalajau, nos relató el itinerario que tenía antes de la instalación del Cosechador de agua. Como muchos se levantaba a las cuatro de la mañana para ir a recolectar agua de la laguna, la cual queda lejos de su domicilio, antes de irse a trabajar en el cultivo de sus tierras. Ahora que cuentan con un cosechador de agua de lluvia, ya no se enferman y el gasto de leña es menor pues también se le brindo un filtro purificador con el que ya no tiene que hervir el agua que van a beber.

 

“El cosechador de agua de lluvia ha sido de gran ayuda, ahora tengo agua limpia para toda mi familia”.–Alberto Pu Chipel

 

 

 

Gracias a FEMSA por sumarse y trabajar junto a nosotros en este proyecto y cambiar la calidad de vida de familias guatemaltecas.

Involúcrate, dona, sé voluntario y construyamos juntos un país de igualdad, y desarrollo para todos.

Cosechadores de Agua de Lluvia: https://www.youtube.com/watch?v=YXKmG59YSHY

 

NUEVO HOGAR en bosques de Santa Catarina Pínula, Guatemala.

Durante seis años Astrid Carolina, su esposo Edy Ramírez y sus cuatro hijos, habían vivido en la casa de sus suegros. Fue difícil tomar la decisión de construir pues sus ingresos han sido informales, Edy se dedica a la albañilería y ella a la venta de comida.


Unos amigos les hablaron acerca de la organización y como brindaba ayuda a personas con el deseo de construir.
Esta fue la motivación para acercarse a las ofcinas ubicadas en zona 9, se les brindó toda la información necesaria, completaron los documentos que se les solicitó y cuando ya todo estaba en orden les informaron que habían podían iniciar la construcción, la alegría era tan grande, Astrid y Edy no podían creer que el proceso fue corto y que pronto iban a disfrutar de su casa.

“La felicidad al escuchar a mis hijos decir: nos vamos a nuestra casa propia; es nuestra felicidad más grande”.  -Astrid Carolina

 

Cuando inició el proceso de construcción su familia y amigos se integraron apoyando desde traer un clavo hasta cargar un saco de cemento, fue impresionante como sus vecinos le decían “Que grande es su familia” al ver la cantidad de voluntarios que se hicieron presentes durante el proceso de construcción, en palabras de Astrid:

“Ahora tanto los voluntarios como Hábitat son nuestra familia”.

“Los invito a que toquen la puerta, Hábitat es una Fundación que cumple tus sueños. Hoy tengo mi casa bonita, amplia y segura donde mis hijos podrán crecer sanos y felices”. –Astrid Carolina

Agradecemos el apoyo a Unity Promotores quien donó un porcentaje para la construcción de este nuevo hogar.

Contactanos en todo el país: /https://www.habitatguate.org/contactenos/

 

 

 

Familia Suruy, los últimos serán los primeros

“La casa se cayó” es lo único que alcanzó a entender Wendy de la llamada que recibió de hermano. Wendy y su esposo Óscar se salvaron de milagro, ya que esa noche salieron de casa para celebrar el día del niño a sus dos  hijos.

Esa noche 1 de octubre de 2015, una fuerte lluvia provocó el deslizamiento de tierra sobre la comunidad El Cambray 2, que soterró la casa de la familia Suruy, la de sus familiares y cientos de amigos más.

Después de 18 años de vivir en la comunidad, esa noche cambio su vida y lo que se veía como una pesadilla fue sólo el proceso de un nuevo comienzo.

Con la pérdida de todos sus bienes y varios de sus familiares, los padres de Wendy decidieron acogerlos en su casa.  En medio del dolor, sentían perder la esperanza de un nuevo hogar al haber sido excluidos del programa que el gobierno estaba ejecutando para beneficiar a 181 familias afectadas por el deslizamiento. Antes de lo imaginado, la esperanza tocó a su puerta cuando el líder de su comunidad les compartió la buena noticia que Hábitat para la Humanidad desarrollaba un proyecto para reubicar a familias damnificadas del Cambray 2, después de recibir la información, decidieron aplicar para acceder a una vivienda.

La vida de la familia Suruy dio un giro total en los próximos meses, al ser beneficiados por personas desconocidas, familiares y voluntarios involucrados en la construcción de su nueva casa.

Wendy sintió como sus oraciones fueron contestadas, esta experiencia es para ellos como una segunda oportunidad en la vida. Hoy animan a más personas a acercarse a Hábitat, pues están agradecidos por el apoyo que se les brindo para tener acceso a una vivienda adecuada, cuando pensaban que serían los últimos, hoy son los primeros de todo el grupo de afectados en habitar una casa propia.

“Estamos felices, es un sueño hecho realidad. Tenemos el privilegio de estar vivos y disfrutando de la seguridad de una vivienda y damos testimonio que en nuestra vida se ha cumplido la palabra que los últimos serán los primeros, porque hoy somos, la primer familia en habitar una casa propia”. – Familia Suruy López

Conoce más de nuestra labor en el país, visita: https://www.youtube.com/watch?v=STuwUB3an7c

Una casa segura para nuestro futuro bebé

En Santa Rosa Barrio El Campo, Aldea el Teocinte, Santa Cruz Naranjo.

Cuando nos acercamos a la oficina en Cuilapa, nos mostraron varios diseños de casas que cubrían nuestras necesidades a un costo que podíamos pagar entonces nos emocionamos sobre todo porque no creímos que los materiales fueran de buena calidad y las casas antisísmicas.

Ramón de 32 años es comerciante independiente y Bianca de 26
años; trabaja en el Hospital de Cuilapa; Santa Rosa. 

La alegría no cabía en nuestros corazones cuando nos informaron la fecha de inicio para la construcción de nuestra casa, porque nunca imaginamos que se nos iban a abrir las puertas tan rápido.

Desde hace año y medio compartimos casa con mis padres, sin embargo con la llegada de nuestro bebe deseamos tener privacidad. Nos preocupaba no poder brindarle un lugar adecuado y ahora esto es posible, gracias a Hábitat, queremos que él disfrute de un lugar seguro, y tenga un espacio agradable donde crecer.

Somos una pareja joven con muchos sueños y recibir esta ayuda es una bendición de Dios, nos sentimos agradecidos con los voluntarios, personas maravillosas que realizan un trabajo de corazón y con buena voluntad, nos ilusionamos porque con su apoyo se reduce el tiempo de construcción y pronto nos mudaremos a nuestro nuevo hogar.

“Les agradezco por dedicar un día a ayudar a mi familia  

y hacer realidad nuestro sueño” -Bianca de García

Conoce más historias https://www.habitatguate.org/familias-2/

El ahora de Dominga Pérez

El antes y después de Dominga Pérez
Departamento de El Petén

 

Dominga es comerciante informal en San Benito Petén y es la única que lleva sustento a su casa.
El comercio informal aunque le provee alimento a sus tres hijos, es un ingreso inestable, por esta razón los bancos y otras entidades financieras nunca le brindaron el apoyo económico que en varias oportunidades solicito, para mejorar su calidad de vida y darle a sus hijos un hogar estable y seguro.


Ella es una mujer que no perdió la fe en Dios y se acercó con un asesor en nuestra oficina ubicada Santa Elena, Petén; sin dudarlo expuso su necesidad de una vivienda adecuada.
Ha pasado el tiempo y gracias al apoyo que se le brindo hoy doña Dominga vive feliz y disfrutando acompañada de sus tres hijos en una nueva casa, iniciando este cambio de vida, porque eso es lo que trae consigo una vivienda en mejores condiciones.

 


Como fundación es gratificante ser espectadores de ver los progresos en cada familia. Actualmente, vive cómodamente en su nueva casa, doña Dominga ha cumplido su sueño y ahora sus hijos crecerán en un ambiente seguro y saludable.

 

 

Si deseas comunicarte puedes escribirnos a: involucrate@habitatguate.org o contáctanos

en nuestras oficinas ubicadas en todo el país: https://www.habitatguate.org/contactenos/