En la comunidad Macalajau, El Quiché, Alrededor de 30 familias estuvieron trabajando durante los 4 años del proyecto, lo que augura una sostenibilidad de iniciativa, motivación y validación por parte de la comunidad. Se amplió la diversidad de hortalizas y cultivos en los huertos de la comunidad.
Ámbito nutricional e higiene, el 87.5 por ciento de las familias incorporó hábitos saludables tales como:
- La lactancia materna hasta el sexto mes.
- El 66 por ciento de las familias incorporaron verduras y hortalizas en su alimentación tres veces al día, en relación al 38 por ciento que los consumían al inicio del proyecto.
- Por medio de capacitaciones se logró revertir malas prácticas alimenticias, vinculadas a la desnutrición infantil.
- Se realizó la construcción de un lavamanos en la escuela a fin que los menores puedan lavarse antes de cada comida.
- En el ámbito social y educación se logró contar con un espacio de intercambio de aprendizajes como talleres de liderazgo, planificación, construcción de normas de organización, roles de participación en los huertos y el desarrollo de habilidades expositivas.
Se implementaron talleres de alfabetización y de expresión, las cuales fueron herramientas para el intercambio de experiencias y alianzas con otros actores.
Se abordaron temas como el empoderamiento femenino, planificación familiar, la importancia del trabajo colaborativo para el mantenimiento del tejido social.
En la comunidad El Canaque, San Marcos, se logró mantener una tasa de adherencia al proyecto muy elevada, fueron más de 70 huertos familiares activos, sumando el funcionamiento de cinco huertos comunitarios.
Se implementaron y consolidaron diversas técnicas de construcción de invernaderos, lo que permitió mejorar la producción y contribuir a su diversificación.
Los huertos comunitarios estuvieron orientados a la producción de semilleros, a fin de garantizar la sustentabilidad de la iniciativa.
Vecinos de la comunidad, motivados por el intercambio de experiencias y por los conocimientos adquiridos en los proyectos, lograron crear y consolidar la “Bio-fábrica”, un emprendimiento orientado a la producción y comercialización de biopreparados agroecológicos.
En el ámbito nutricional, se incorporaron hábitos saludables como: el lavado de manos, la desinfección de frutas y verduras, el tratamiento de agua para el consumo y la adecuada alimentación de los menores de dos años y embarazadas.
Luego de 3 años de la intervención el 91 por ciento de las familias incorporó al menos dos de estos hábitos en su quehacer cotidiano. En el consumo de verduras y hortalizas, las familias iniciaron a incluir verduras diariamente en su alimentación ya que únicamente lo hacían 3 veces por semana.
Al finalizar el proyecto la tasa de desnutrición descendió al 52 por ciento, es decir, bajo nueve puntos porcentuales al diagnóstico inicial del 2014. Se conformaron grupos de promotoras de salud quienes hicieron conciencia de la importancia de los hábitos para la salud y alimentación de las familias.
En el ámbito social, se logró una excelente articulación de la comunidad por cada sector, generando cohesión social e identidad entre los participantes. Son las propias familias que establecen y controlan los compromisos adquiridos con el proyecto y la comunidad.
Se trabajó el liderazgo y empoderamiento comunitario, observado hoy en día una mayor apertura hacia personas ajenas a la comunidad y un mejor desplante a la hora de explicar el proyecto y sus beneficios.
En la Comunidad Calanté, El Quiché, se fortalecieron y capacitaron a las familias sobre los bueno hábitos y prácticas de alimentación e higiene en el hogar, permitiendo que se mejore el valor nutricional de los alimentos que consumen con frecuencia.
A los miembros del Comité de Salud se les capacitó sobre los hábitos de higiene y nutrición con los que debe de contar para disminuir la tasa de desnutrición que existe en su comunidad. Para que las familias habiten en un entorno saludable se implementó el Kit Saludable que consiste en una Estufa Mejorada, Letrina y un Filtro Purificador para agua. Asimismo, las viviendas fueron remozadas para que las familias habiten en un entorno adecuado.
A las familias se les brindó y se les enseñó como sembrar sus propios alimentos, el mantenimiento que deben de tener con cada uno de los huertos, esto para que en un futuro puedan vender sus propios cultivos y así mejorará su economía familiar.
En Hábitat no solo nos enfocamos en el tema de construcción de viviendas, también nos enfocamos en brindarle a los guatemaltecos las bases necesarias para mejorar su salud, mejorar la economía comunitaria para que sean comunidades autosuficientes y sostenibles.